miércoles, 24 de diciembre de 2014

Declarando la verdad

1. Reconozco que hay un solo Dios vivo y verdadero que existe
como Padre, Hijo
y Espíritu Santo. Es digno de toda honra
alabanza y gloria como quien hizo todas las cosas y las
sostiene (véase Éxodo 20:2, 3;Colosenses 1:16, 17).

2. Reconozco que Jesucristo es el Mesías, el Verbo que se hizo
carne y habitó entre nosotros. Creo que Él vino a destruir
las obras del diablo, y que desarmó los principados
y autoridades
y los exhibió públicamente, habiendo triunfado sobre
ellos (véase Juan 1:1, 14; Colosenses 2:15; 1 Juan 3:8).

3. Creo que él me ha liberado del reino de las tinieblas y me
ha trasladado a su reino, y en él. Creo que Dios demostró
su amor por mí en que siendo aún pecador, Cristo murió
por mí. Tengo redención, el perdón de los pecados (véase
Romanos 5:8; Colosenses 1:13, 14).

4. Creo que ahora soy hijo de Dios
y  creo que soy salvo por la gracia
de Dios por medio de la fe
y que fue un don y no el resultado
de obra alguna por mi parte (véase Efesios 2:6, 8,
9; 1 Juan 3:1-3).

5. Decido fortalecerme en el Señor y en el poder de su fuerza.
No pongo la confianza en la carne, porque las armas no son
de la carne, sino son poderosas para la destrucción de fortalezas.
Me pongo la armadura de Dios y resuelvo estar firme
en mi fe y resistir al malo (véase 2 Corintios 10:4; Efesios
6:10-20; Filipenses 3:3).

6. Creo que sin Cristo nada puedo hacer, de modo que declaro
mi completa dependencia de Él. Decido permanecer en
Cristo a fin de llevar mucho fruto y glorificar
a mi Padre.
Aviso a Satanás que Jesús es mi Señor. Rechazo cada uno y
todos los dones falsificados y obras de Satanás en mi vida
(véase Juan 15:5, 8; 1 Corintios 12:3)

7. Creo que la verdad me hará libre
y que Jesús es la verdad. Si él me da la libertad, seré verdaderamente libre.
Reconozco que andar en la luz es el único camino de verdadera
comunión con Dios y el hombre. En consecuencia,
me levanto contra todo engaño de Satanás llevando
todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo.
Declaro  que la Biblia es la única norma con autoridad para la
verdad y la vida (véase Juan 8:32, 36;14:6; 2 Corintios 10:5;
2 Timoteo 3:15-7).

8. Decido presentar mi cuerpo a Dios como sacrificio vivo y
santo y los miembros de mi cuerpo como instrumento de
justicia. Decido renovar mi mente por medio de la Palabra
viva de Dios para probar que la voluntad de Dios es buena,
aceptable y perfecta. Me despojo del viejo hombre con sus
malas prácticas y me visto el nuevo.
Declaro que soy una nueva criatura en Cristo
 (véase Romanos 6:13; 12:1,2; 2 Corintios
5:17; Colosenses 3:9, 10).

9. Por fe, decido ser lleno del Espíritu para ser guiado a
toda verdad. Decido andar por el Espíritu para no satisfacer
los deseos de la carne (véase Juan 16:13; Gálatas 5:16;
Efesios 5:18).

10. Renuncio a toda meta egoísta y escojo la meta final del
amor. Decido obedecer los dos mandamientos más grandes:
Amar a el Señor mi Dios con todo mi corazón, con toda mi
alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas (véase Mateo
22:37-39; 1 Timoteo 1:5).

11. Creo que el Señor Jesús tiene toda potestad en el cielo y en la
tierra, y es Cabeza sobre todo principado y potestad. En Él
estoy completo.Creo que Satanás y sus demonios están sometidos
a mi en Cristo, puesto que soy miembro del cuerpo de
Cristo. En consecuencia, obedezco el mandamiento de someterme
a Dios y resistir al diablo, y ordeno a Satanás en el
nombre de Jesucristo que se aleje de mi presencia (véase
Mateo 28:18; Efesios 1:19-23;Colosenses 2:10; Santiago 4:7).


Extraído del libro ´´Rompiendo las cadenas``, de Neil Anderson.

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