Soy un hijo del
Rey, y heredero de Dios, y coheredero con Cristo.
Soy más que vencedor por
medio de Aquel que me ama.
El temor no tiene lugar en mi vida, porque Dios no
me ha dado espíritu de temor.
Estoy confiado en que ninguna arma forjada contra
mí prosperará,
porque si Dios está por mí, ¿quién puede estar contra mí?
Toda
maldición dicha contra mí no tiene poder, porque soy bendito.
Satanás no puede
maldecir a quienes Dios ha bendecido.
Soy bendito en mi entrada y bendito en mi
salida.
Mis enemigos vendrán por un camino y Dios hará que huyan por siete caminos.
Todo lo que yo haga prosperará.
Todos los pueblos de la tierra verán que soy
llamado por el nombre del Señor.
El Señor me ha hecho abundar en bienes.
Soy
alguien que da, no alguien que pide prestado.
Soy cabeza y no cola. Estoy
encima y no debajo.
Estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo
presente, ni lo porvenir, ni lo alto ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá
separarme del amor de Dios.
Amén.
Extracto tomado del libro "Oraciones que producen cambios" escrito por Kimberly
Daniels y publicado por
Casa
Creación .